17 diciembre, 2012

No te preocupes del fin del mundo sino del cambio climático


El fin del mundo no llegará este 21 de diciembre, por más pronósticos que puedan elucubrarse a partir del calendario maya. El fin del mundo no tiene una fecha tan precisa. El fin del mundo llegará a través de una agonía larga y lenta, que desde hace unos años hemos empezado a conocer bajo el nombre de cambio climático. Y lo peor de todo es que los seres humanos sabemos que la guadaña se cierne sobre nuestras cabezas sin embargo muy poco o nada hacemos al respecto. El claro ejemplo de ello es la reciente conferencia anual de las Naciones Unidas sobre cambio climático, conocida como “COP 18”, que se realizó en la ciudad de Doha, paradójicamente, la capital del millonario emirato petrolero de Qatar.
Lamentablemente en Perú, las noticias sobre el cambio climático y el futuro del planeta fueron opacadas esta semana por los pormenores que sucedían en otra ciudad extranjera, La Haya, y el litigio marítimo entre Perú y Chile. Sobre la reunión en Doha y el COP 18, muy poco se escribió y se publicó en los medios de comunicación peruanos.
¿Qué es lo que se ha discutido en Doha? A esta reunión asistieron principalmente funcionarios gubernamentales, activistas ambientalistas, empresarios, y especialistas que durante varios días han intentado ponerse de acuerdo fundamentalmente sobre dos temas: el primero, la vital asistencia financiera a los países en desarrollo que son más vulnerables al cambio climático. Estos países ─entre los que se encuentra obviamente el Perú─ necesitan 45 mil millones hacia el 2015, y la promesa de otros 76 mil millones para el año 2020. Sin embargo, la reciente agudización de la crisis en Europa y la recesión en Estados Unidos, ha puesto en peligro este aporte financiero de los países industrializados. Al parecer los países occidentales ─que son los principales responsables históricos de la emisión de gases de efecto invernadero─ quieren evadir sus compromisos y ‘cabecearnos’ con el aporte financiero.
El segundo tema trascendental de DOHA se refiere a la ampliación del Protocolo de Kyoto. Este acuerdo fue un compromiso que hace varios años asumieron varios países industrializados con la meta de reducir sus emisiones de gases de efecto invernadero. A pesar de ser uno de los principales emisores, Estados Unidos no ha asumido este Protocolo de Kyoto que finaliza en este año 2012. Uno de los objetivos de los países en vías de desarrollo, era exigir a las grandes potencias, en esta reunión de DOHA, que se amplíe este acuerdo. Hasta las últimas horas de negociación no se veía humo blanco para una prórroga. Sin embargo, haya prórroga o no, este instrumento no servirá de mucho sino va acompañados de otras prácticas y políticas gubernamentales para responder al cambio climático.
El objetivo que se debe alcanzar está muy claro: mantener la temperatura del planeta por debajo de los dos grados Celsius y evitar así una catástrofe climática a nivel mundial. Eso implica realizar drásticos cambios al modelo económico mundial, fuertemente industrializado, sistemáticamente depredador de los recursos naturales y altamente generador de gases de efecto invernadero. Eso significaría reducir nuestra dependencia tóxica y adictiva a los combustibles fósiles. Cambiar nuestros estilos y formas de vida. Déjenme ser pesimista, pero tal como va la tendencia histórica del mundo, eso es casi imposible. Es muy difícil que una sociedad acostumbrada a las laptops, tablets, autos cero kilómetros, y etc., pueda cambiar, de una generación a otra, ese estilo de vida. “A menos que se tomen medidas considerables, estos combustibles fósiles se quemarán, la temperatura de la tierra aumentará y se generará una reacción en cadena de desastres naturales vinculados con el cambio climático”, están alertando muchos activistas ambientalistas.
¿Y cuál es la posición del Estado peruano sobre el cambio climático? Existen muchas interrogantes respecto a la posición que han llevado nuestros funcionarios gubernamentales a la reunión de Doha. ¿Estamos adoptando posiciones fuertes para exigir a las grandes potencias la reducción de sus emisiones de gases de efecto invernadero? Recordemos que el sector rural del Perú ya está sintiendo los primeros impactos del calentamiento global, poniendo en peligro principalmente a la agricultura y la ganadería, actividades que sostienen a millones de familias peruanas.
Pero uno de los principales obstáculos para responder al cambio climático es la propia percepción que los seres humanos tenemos sobre este proceso que es de largo plazo. No estamos dándonos cuenta del peligro y nuestra vida en el planeta se parece mucho a la conocida moraleja de la rana hervida:
Si tomamos una rana y la introducimos en una olla de agua hirviendo, la rana saltará inmediatamente huyendo del peligro. Pero si ponemos la rana en agua a temperatura ambiente, se quedará tranquila. Cuando la temperatura se eleve la rana no hará nada. A medida que la temperatura aumente, la rana estará cada vez más aturdida, no podrá salir de la olla, y finalmente morirá hervida sin poder salir.
El fin del mundo no llegará este 21 de diciembre. Si no hacemos nada para responder al cambio climático, esta y la próxima generación de seres humanos viviremos el fin del mundo como si fuéramos ranas en una olla de agua hirviendo.




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